jueves, 10 de junio de 2010

Retrato de un momento.

Por más que mezclo, hoy, solo me sale negro.


Uve se ha despertado. Todo está en penumbra. Le chasquean los tobillos al unísono del chirrido del parqué mientras camina hasta el baño. Abre la ducha con la idea de despejarse pero el aguarrás sale disparado y la destiñe poco a poco. Chorrea verde esperanza que le abandona por el desagüe.

Y ahí viene... Negro...

La desesperación se cuela por cada uno de sus poros emborronándolo todo en su interior hasta que cae de rodillas sobre el mármol.

Y ya está aquí otra vez... Negro...

Las lágrimas se le mezclan con la esencia de trementina que inunda el cuarto. Y el desesperante desquicio le arranca la cordura y le nubla la razón produciendo movimientos sistemáticos de atrás a adelante que su cuerpo no puede controlar. Desde hace días le viene acechando este trastorno, una profunda psicosis que se refleja en soledad...Hermosa soledad.


Hoy, Uve no está, no es. Nisiquiera se ha pasado a verme, hoy, Uve está sola. Necesita el amarillo que le da brillo, ese verde oliva que ensalza su esencia, necesita el apoyo del naranja poniendo fin a esta tortura. Necesita sus colores.